Va primero la pastilla roja y blanca, le sigue la azul y verde y estan por llegar a los labios y si llegaron. Agarran la lengua, la roja y blanca toma la delantera, garganta.. tatatatatata y si llegó al estomago!
El carnavalito festejando el año pasado no tiene comparación con las cantidad de raquetas dentro del botiquín, la maleta llena de vicios y orangutanes africanos listos para untar.
Las pupilas se dilatan, y los músculos se empiezan a convulsionar, aparecen los canguros, la pastilla azul entra. Ahora sí, los fantasmas bailan frente a nuestros ojos un mambo namber five. Y los dientes son el acordeón que los acompañan.
Se quita la pantufla derecha, le pega un zapatazo al colombiano arriba del ventilador, donde se vuelcan sus conjeturas anónimas y derrame buenas vibras de reggae en la rocola.
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